viernes, 22 de junio de 2012

Julia Cameron


Cameron, Julia M. (1815-1879) 

Nació en Ceylan el 11 de Junio de 1815 en Calcuta (India), en el seno de una familia de diez hermanos. Hija de padre escocés y madre francesa pertenecientes a la sociedad bengalí, fue educada en Francia hasta los 19 años, donde regresó de nuevo a la India. Considerada una gran excéntrica de la fotografía.
Cuando Julia cumple los 20 años se mudan a Cabo de Buena Esperanza. Es allí donde conoce a Charles Hay Cameron, veinte años mayor que ella, excelente jurista y plantador de té, con quien se casa en 1838 dedicándose a cumplir el rol de esposa y madre. Vivió en la India hasta los treinta y tres años, después en 1848 cuando Charles se retira de sus actividades se trasladó con toda su familia a la isla de Wight, en Inglaterra. Allí Julia se relaciona con la comunidad de artistas conocida como la comunidad de Kensington (el poeta Henry Taylor, el pintor Watts, el poeta Tennyson).
A los 21 años conoció a Sir John Herschel.
Julia tuvo seis hijos y otros mas adoptados, por ese motivo vivía en un gran caserón, que siempre se encontraba lleno de poetas, artistas y científicos de la época victoriana. Si bien le gustaban las artes y se relacionaba con pintores y escritores apenas si se había permitido escribir unos poemas y algunas páginas de un diario íntimo. En 1863 al cumplir 48 años y a causa de un viaje de su marido, una de sus hijas le regaló una cámara para paliar la soledad por su ausencia. Este hecho tuvo un fuerte impacto. Ese cajón entre sus manos, ese artefacto pesado y misterioso cuyo manejo desconocía por completo, despertó en ella una fascinación nueva. Armada con esta primera cámara fotográfica (construída en madera con un objetivo de la marca Jamin), y un equipo de revelado, en pocos meses dominó el proceso al colodión. Convirtió una carbonera de la casa en un improvisado laboratorio y un cuarto de niños en su estudio.
Tras realizar sus primeras fotografías, le escribió a su amigo Herschel (su asesor fotográfico) confesándole sus ambiciones artísticas que pretendían ennoblecer la Fotografía y elevarla a la categoría de arte, utilizando para ello una combinación de lo real y lo ideal, representando principalmente La Verdad y haciendo de esta forma de expresión un puente para enlazar con la poesía y la belleza. Se esforzó por expresar ideales bíblicos y literarios como la inocencia, la sabiduría, la piedad, o la pasión y para ello retrató idealizados y disfrazados a familiares y amigos.
Se dedicó a realizar retratos, en su inmensa mayoría, de sus familiares, amigos, criados... obligándoles en muchas ocasiones a posar largos períodos de tiempo debido a las investigaciones que llevaba a cabo con la luz y las placas. Sus modelos fueron casi todas mujeres a las que utilizó casi siempre para representar personajes. En cambio cuando fotografió a algunos varones ilustres (Darwin, Tennyson o Watts por ejemplo) los dejó posar con el personaje propio de la vida real.
Entre sus modelos femeninas figuró la ya crecida Alice Lindell, la inspiradora de Alicia en el País de las Maravillas (que había sido fotografiada de niña por el propio Carroll). Pero la más famosa de sus modelos a través de los años fue Julia Jackson, una mujer famosa por su belleza y muy talentosa que se casó por segunda vez con Sir Leslie Stephen con quien tuvo cuatro hijos, entre ellos una niña que años más tarde sería conocida como Virginia Woolf.

Siempre le interesó más experimentar y capturar la esencia de los temas que elegía, antes que dominar la técnica a la perfección. Se atrevió a jugar con luces y sombras, a exigir a sus modelos femeninos una expresión aparentemente de estatuas pero que sin embargo se muestran cargadas de enigmas. Trabajó con el foco de manera flexible, desoyendo los dictados de la moda y saliéndose de una definición nítida.
Deseaba mostrar el alma de sus personajes y si para ello era necesario sacarlos fuera de foco o se requería romper con el realismo fotográfico y acercarse a las imágenes pictóricas, así lo hacía.
Fue así, que por casualidad la madura señora victoriana se descubrió a sí misma como artista, creadora y se convirtió rápidamente en una “maestra temprana de la fotografía” como la reconoce Susan Sontag. En menos de un año está presentando algunos trabajos a sus amigos y es nombrada miembro de la Sociedad Fotográfica de Londres.
Al observar las fotografías de Cameron, que se basan en poemas y leyendas (como las que tratan sobre el mito artúrico), uno puede comprobar la conexión con el arte prerrafaelista tanto en el estilo como en sus temáticas.
Son muy destacables sus series fotográficas ilustrando el libro de poemas de su buen amigo Alfred Lloyd Tennyson, Idylls of the King, sobre la corte del rey Arturo y sus caballeros, su casamiento con la reina Ginebra y su aventura con Lancelot, Merlín y Nimue, temas que serían profusamente tratados también por los prerrafaelistas.
Sus fotografías muestran el arte de una mujer inmersa en el universo victoriano misógino y represivo, educada en forma convencional, pero que el encontrar su camino artístico en la madurez, intuitivamente se va alejando de los modelos en vigencia y revela otra cara: introspectiva, contemplativa, secreta de lo femenino. Sin duda es en los retratos despojados donde mejor se evidencia su originalidad, pero aún en sus puestas en escena mitológicas o literarias, muy posadas y con algún elemento de decorado, jamás cae en el barroco kitsch de algunos pintores de la época.
Fue más admirada por pintores y artistas que por fotógrafos, ya que éstos consideraban que su calidad era menor dado que no aprovechaba ventajas técnicas de la cámara como la nitidez. Ella daba más importancia a la estética que a la técnica.
Trabajó con su arte durante doce años, hasta su muerte en 1879 a los 60 años en Ceylán. Siempre fue consciente de su valor como artista y en cartas escritas por ella misma se puede leer: “aspiro a ennoblecer la fotografía y garantizarle el carácter y los logros de las artes mayores”. Henry, uno de sus tres hijos, abrió un estudio fotográfico en Londres.








No hay comentarios:

Publicar un comentario